Nuestra Señora de la Paz se encuentra ataviada por Enrique Jaén para el tiempo de Adviento y la festividad de la Inmaculada Concepción. Nuestra Patrona viste saya y manto blanco, con brocado en oro y plata respectivamente. Luce rostrillo y corona ambos de plata y broches pectorales dorados. En sus manos, porta corona de azahar en lugar del Niño Jesús, simbolizando la expectación del parto de la Santísima Virgen, propia del tiempo litúrgico de Adviento en el que nos encontramos.